lunes, 11 de agosto de 2008

Maravilloso verano...

Finales del mes de mayo... Las tardes son cada vez mas largas y el solecito a través de la ventana del trabajo indica que la terraza con sus cervezas fresquitas está esperándote. Ese es el momento en el que empiezas a darte cuenta de que el verano está a la vuelta de la esquina... Entonces recuerdas las maravillosas vacaciones que pasaste el año pasado en las tranquilas y casi desiertas playas de Fuengirola, donde los paseos por la orilla son momentos de meditación sin ruidos de niños corriendo, gritando, chapoteando... Entonces también recuerdas que prometiste que no volverías a pasar un verano así, madrugando para coger sitio en la playa, luchando por encontrar una mesa en el chiringuito, y recorriendo cerca de medio km. desde el apartamento cargado con las sombrillas, las neveras, la bolsa de la playa, el churro para el niño y la colchoneta para la niña, las sillas para ti, la mujer, la suegra, el cuñado, la cuñada y el sobrino de 27 años... Vamos, que al tercer día estás loco por volver al trabajo.

Pero llega ya el mes de junio y con él, las notas del colegio de los niños, con su consiguiente enfado, riña y vuelta a lo mismo. Y cuando quieres darte cuenta, la señora está hablando con su hermana para determinar el día que van a ir a veros a la playa, momento en el cual en que te enteras que de nuevo vas a ir a la playa... otra vez. Y recuerdas el sufrimiento del año pasado, sientes como empieza a a correr un sudor frío por la espalda y tu rictus se tensa. La sangre se va acumulando en el rostro como si fuera una olla expréss y por fin, después de doce años de sufrimiento, explotas y dices: "Cariño, este año nos vamos al pueblo"... La tensión se palpa, se puede cortar, las miradas son una mezcla de ira y sorpresa, ya que es la primera vez que te has atrevido a llevarle la contraria. Pero para sorpresa del universo, ha accedido, después de echarte en cara que habéis perdido los 300 € de fianza.

La señora está tan desorientada que no tiene ni idea de qué poner en la maleta. Tras 5 horas de viaje, las típicas frases de "cuando llegamos?", "falta mucho?", dar la vuelta en la misma glorieta dos veces y preguntar a un pastor medio dormido, por fin llegas al pueblo... Ese pueblo en el que pasaste los mejores y únicos años de tu infancia... Pero de eso, ya hablaremos en otro momento.

Conclusión: Por qué, durante tantos años, las familias españolas se han dejado llevar por el snobismo del veraneo en la playa, aunque sea amontonados como ovejas, escuchando las conversaciones de las tres familias que están a tu alrededor, y no por la búsqueda del descanso, la tranquilidad, la paz, el conocimiento, ya no solo cultural, sino personal? Por qué no hace la gente lo que realmente desea en lugar de lo que se espera que haga? Con lo bonito que es ser uno mismo...

4 comentarios:

lalo barra dijo...

Pues sí. Tienes razón...donde este la trankilidad y el recuerdo de las vacaciones de la inancia y de la juventud, que se quiten las mañanas y las tardes de playas en Fuengirola...donde lo primero que te bronceas es el "sobaco"....si, de tanto saludar a los cordobeses con los que te vas cruzando...Fuengirola y la Pantoja...jajaja...no, ya no me acordaba que la Pantoja se relaciona más con Marbella...bueno sea como sea...que es cierto lo que dices. en fin a veranear a Usagre, a la rivera, a la huerta de el Pajarero.....

Anónimo dijo...

pues la verdad es ke bien mirado en la huerta del pajarero se esta mejor ke en fuengirola, pero yo me voy mañana pa cadiz ke tampoco se debe de estar mal del todo. Un beso de tu cuñi juan

Anónimo dijo...

Emmm pues la verdad k si lo piensas pues si ke es verdad k es mejor la trankilidad de un pueblo ke una playa, os lo digo yo k soy de usagre y me encanta la trankilidad jajajaj.Enga a cuidarse y bss a todos.


Saludos de LVE. Haber si adivinais kien soy.

Anónimo dijo...

Molaaa!!! es como el tito, no parecemos las mismas personas hablando que escribiendo verdad??

>< ha sido una idea estupenda que lo crees, yo seguire leyendo bss