miércoles, 21 de enero de 2009

Que bonito es soñar...


Suena el despertador y el calor de las sábanas ejercen un efecto imán sobre las inexorable necesidad de levantarme. Lucho, denodadamente, con todas mis fuerzas, pero al final gana la dura realidad y consigo zafarme de las garras de Morfeo. El frío que nos azota en estos días hace que me despeje con despiadada rapidez y comienza el día con la sonrisa de mi mujer cuando nos disponemos a desayunar. El perro me mira con cara de urgencia, suplicando que le ponga una cadena en el cuello... curioso. Nos vamos de paseo y ocurre una cosa curiosa... A mi mente llega, como el recuerdo lejano de algo vivido, una imagen imposible, por lo reciente que la siento. Recapacito e intento conservar la imagen en mi mente, lanzándole un lazo para que no se escape... Pero el lazo, que en un principio era de firme maroma, va adelgazando poco a poco, hasta convertirse en el fino hilo de algodón de azúcar que termina por quebrarse... Entonces comienzo a buscar desesperado en el desván de mi cabeza, detrás de cajas mal colocadas, de cachivaches inservibles, de álbumnes de fotos color sepia, de billetes de tren que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos... Y por fin la encuentro, pero ya no es igual, no es tan fresca, no es tan viva, no tiene el mismo aroma de tierra mojada. Pero es la imagen, sin duda. Estos cambios se deben a que el retazo del recuerdo primitivo de la primera impresión de la imagen, hace que cuando la busco, encuentre algo que ya tenía, creando un recuerdo a mi medida. Pero es la imagen, sin duda. Y empiezo a enlazarla con nuevas imágenes que aparecen como la gota de agua que cae de un grifo mal cerrado, comenzando así la historia... Me veo volando, despacio, con tranquilidad, a unos 20 metros del suelo, sobre prados de trigo amarillo, con alguna encina salteada dando color al campo y con un dulce arroyo de aguas transparentes serpenteando con alegría y entre adelfas y juncos, custodiado por una fila imponente de álamos. El sol es fuerte pero no quema, da claridad pero no deslumbra y el cielo despejado hace que me sienta imparable, capaz de recorrer en los brazos de Eolo todos los rincones de la tierra... y se acabó. Me queda el sabor agrio de no poder seguir volando por los prados, pero también el sabor dulce de haber notado el la cara la velocidad del aire, haciendo que me corriesen las lágrimas por culpa del viento... Que bonito es soñar, pero más bonito es poder recordarlo y disfrutarlo en "la realidad"

viernes, 16 de enero de 2009

Ha valido la pena


Han sido 6 años de mi vida unido a Pozoblanco, más que nada laboralmente, ya que nunca me he sentido identificado con la gente del pueblo ni con las vivencias del lugar, pero han sido 6 años trabajando en el Centro de Atención a Minusválidos Físicos de Pozoblanco (CAMF). Allí he conocido a mucha gente, sobre todo del Centro, y he vivido multitud de situaciones, tanto buenas como malas... pero después de tanto tiempo y de pasar tantas cosas, he decidido quedarme sólo con las cosas buenas que allí he "dejado"... Como es Antonio Carlos, amigo y compañero, una persona con la que he pasado miles de horas y hemos compartido multitud de alegrías y, por desgracia, algunas penas. Confesor y apoyo en momentos difíciles, persona con gran cultura popular, con un repertorio de frases y refranes que te dejarían más frío que una llave. Es la persona que me enseñó donde se demuestran los hombres, en la barra del bar, porque trabajar, trabaja cualquiera jajajaja. Gran corazón y gran persona.
Antonio Martínez... que contar de este personaje!!! Amigo singular sin pelos en la lengua, ni en la cabeza jejeje. Sincero y claro, con palabras de ánimo en momentos difíciles y silencioso compañero que sabes que siempre está. Nunca he visto que a una persona tan pequeña, le quepa tanta cerveza jejeje. Se le quiere.
Moisés Olmo... el último, pero no menos importante, hallazgo valioso escondido detrás del carbón. La conexión ha sido increíble, al menos por mi parte. Somos bastante parecidos en el fondo, por eso creo que nos llevamos como nos llevamos.
Y como con estas personas, podría hablar de algunos más, ciertamente de pocos. Son, todos ellos, personas con las que he llegado a tener una relación que excede de lo estrictamente profesional, personas por las que ha valido la pena estar, como decía al principio, 6 años de mi vida en Pozoblanco.
He comenzado una nueva etapa y he cerrado otra anterior, pero no con llave. Gracias

jueves, 8 de enero de 2009

Todo llega...


Después del paréntesis navideño, regreso a esta, vuestra casa, para compartir pensamientos, inquietudes y experiencias. Espero que este año sea de buenas noticias y de felicidad para todos, de verdad.

Bueno, pues voy a empezar con lo de las buenas noticias del año. El pasado día 5, víspera de reyes, recibí una llamada de la Junta de Andalucía. Me ofrecieron un trabajo en un colegio, como cocinero. La buena noticia no se quedó ahí, sino que el colegio está en Córdoba capital, lo cual significa que dejaré de vivir solo en el campo y podré, por fin, vivir con mis chicas tooooodos los días... También influyó en mi decisión de aceptar el trabajo el hecho de que voy a tener el horario, poco más o menos, de un maestro, con sus dos meses de vacaciones, semana santa, navidad... todo un sacrificio al cual tendré que adaptarme. Me parece mentira, que después de siete años vuelva a trabajar en las cocinas, me hace mucha ilusión y tengo unas ganas tremendas de empezar. Ya os iré contando como va. Parece que el tren que esperaba, ya ha llegado y pienso montarme en el con todas las fuerzas.