lunes, 5 de abril de 2010

Días festivos




Hoy en día, gracias a la democracia y a nuestra Constitución, vivimos en un país de libertades, en el cual se deben respetar las creencias y las culturas de los demás, así como se deben respetar las nuestras. Este país, que se jacta de ser tolerante y comprensivo con todos y cada uno de sus ciudadanos, tiene para ello un artículo en su joven Constitución, concretamente el número 16.3 , que dice: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, lo cual quiere decir que el país como tal no tiene una religión oficial, pero también aclara que la religión cristiana seguirá gozando de ciertos beneficios, por así decirlo. A este acuerdo llegaron, según dicen las crónicas de la época, debido a las costumbres y tradiciones arraigadas en todos los rincones de nuestro país.

Ahora bien, si nos fijamos un poquito en el calendario que cualquiera podemos tener colgado detrás de la puerta de la cocina o ese otro pequeño que hay encima del frigorífico o junto a la televisión, nos sería fácil comprobar todos los días que hay en rojo, obviando los domingos. Como todos sabemos, estos días colorados son los que deciden cuando es festivo o cuando no. Hay, o debe haber, catorce en total: once de ellos a nivel nacional, uno a nivel autonómico y dos fiestas locales del propio municipio.
Nacionales: 1 de Enero (Año nuevo), 6 de Enero (Reyes), Jueves y Viernes Santo, 1 de Mayo (Día del Trabajo), 15 de Agosto (Virgen de la Asunción), 12 de Octubre (Día del Pilar y de la Hispanidad), 1 de Noviembre (Día de todos los Santos), 6 de Diciembre (Día de la Constitución), 8 de Diciembre (Día de la Inmaculada Concepción) y 25 de Diciembre (Navidad).

Si bien podemos comprobar que tres o cuatro días, según se mire, son días en los que se celebran acontecimientos determinados, los restantes son días que están ligados a las creencias cristianas y como tales se celebran en la mayoría de los rincones de todos nuestros pueblos y ciudades. Esto es lo que ocurre con los días festivos nacionales, pero si miramos los días festivos autonómicos o locales, podemos comprobar que muchas de las CCAA tienen como día festivos a Santos o Santas: véase el caso de San Jordi en Cataluña, Nuestra Señora de Guadalupe en Extremadura, Santiago Apóstol en Galicia…
Y si observamos las festividades locales, también podemos ver que, al menos uno de los dos días, corresponde con algún miembro del Santoral, si no son los dos días: San Isidro es uno de los más extendidos por su carácter rural, Nuestra Señora de las Mercedes también es muy celebrado y así un largo etcétera.
Con esta reflexión no quiero en ningún momento criticar a la religión cristiana, ya que me merece el mismo respeto que cualquier otra, pero no deja de parecerme irónico que sigamos fijando nuestro calendario, con relación a los días festivos que todos buscamos a finales de año, en base a una religión que sí, es mayoritaria y tradicional en nuestro país, pero que no deja de ser nada más que eso, una religión. Queramos o no, nuestras vacaciones, puentes y días de descanso extraordinarios siguen fijados por unos ritos religiosos, los cuales cada vez comprendo menos, sobre todo si le damos un repaso a la sociedad en la que hoy en día vivimos. Nadie puede negar que el fervor religioso se está diluyendo, que las iglesias están más vacías que nunca o que la media de edad que hay en ellas es muy alta. A la juventud le interesa cada vez menos los actos litúrgicos y las romerías que se hacen en los pueblos son meras excusas para la juerga consensuada por toda la población. La Semana Santa es un periodo de descanso entre las navidades y las vacaciones de verano y la Navidad la excusa perfecta para comer todo lo que no comemos en el resto del año y gastar, en ocasiones, verdaderos dinerales en regalos.
Tal vez, si los días festivos nacionales estuviesen basados en hechos importantes de nuestra nutrida historia, los podríamos sentir más nuestros que unas fechas basadas en Santos o costumbres de una religión de la cual puedes ser partícipe o no, porque español se sigue siendo tanto si eres católico como si no. Hay festividades que no cambiaría por que entiendo que sí son una tradición muy arraigada, como son la Semana Santa y la Navidad, pero el resto de los días sueltos que son festivos por un Santo u otro, creo que deberían cambiarse por otro tipo de celebración. Pero en fin, esto es lo que nos toca por ahora.