martes, 10 de febrero de 2009

Espero haber aprendido


Sin duda alguna, desde que existe la medición de medios, siempre ha sido expectacularmente sobresaliente la cantidad de personas que confiesan ver los documentales que ponen en La 2 por las tardes, en la sobremesa. Si, hablo de esos documentales que duermen más de las tres cuartas partes de personas que declaran ser aférrimos seguidores de los mismos. Pues bien, puedo afirmar y afirmo, que yo también he dormido, durante mucho tiempo, en el transcurso de estas emisiones. Pero tuve la suerte de descubrir una cosa importante, al menos para mi gusto... Cuando pude aguantar por primera vez, ver los dos documentales, llegué a la conclusión de que me gustaba mucho más el primero que el segundo. Esto me llevó a seguir estos documentales, que son generalmente de animales y del mundo salvaje. Conozco casi a la perfección la rutina de los leones, las profundidades del fondo marino y los secretos de las oscuras entrañas de las selvas amazónicas... Pero si una cosa siempre me ha maravillado de estos documentales son la monumentalidad incontrolable de los grandes ríos del mundo... La fuerza salvaje del Amazonas, la majestuosidad faraónica del Nilo, la magnífica historia reciente del impresionante Mississippi, la impresión señorial de viejo Danubio, la espiritualidad presuntamente desmedida del Ganges...


Como dice mi perfil, vivo en Córdoba. Una ciudad digna de conocer, con una historia reconocida envidiada por muchas otras ciudades. Los legados que dejaron los distintos pueblos árabes han repartido muchos relatos en las bibliotecas escondidas y llenas de polvo que poca gente sabe que existen. La exposición de los Omeyas que hace pocos años tuvo lugar en la todavía casi virgen Medinat-al-Zahra (solo hay desenterrado un 12% de su extensión y el resto, casi todo está urbanizado de forma ilegal) con la visita de los Príncipes de Asturias y muchas otras personalidades, dio cierta promoción dentro de nuestras fronteras a la ciudad. Tiene un barrio de la Judería que si tienes la suerte de contar con alguien que sea capaz de enseñártelo con maestría (como mi padre o mi cuñado Juan) piensan que en cualquier momento va aparecer por la esquina menos esperada un personaje con turbante y espada sarracena. Mención especial, en lo personal, tiene el Alcázar de los Reyes Cristianos... jardines paradisiacos, fuentes mágicas y un salón de los Mosaicos especial.


Pero todas estas maravillas no existirían si no fuese gracias a un gran titán español, nacido en Cañada de las Fuentes, madurado en tierras cordobesas, ganando su explendor a los pies de la Torre del Oro y muriendo, muy dignamente, en San Lucar de Barrameda. A tenido varios nombres, desde río del aceite a río grande. Caminando durante muchas mañanas bien tempranas en épocas estivales, hasta atardeceres invernales de un gris sobrecogedor, he visto al gran Guadalquivir en muchas de sus facetas... Vacío hasta ver claramente como se puede atravesar el cauce de un lado al otro sin mojarse las suelas de las sandalias... Lleno hasta desaparecer una estatua llamada "El hombre del Río"... pero en estos días de riadas, tormentas y granizos, el caminante me ha mostrado su cara más virulenta, dejando el pequeño "manglar" que hay a continuación del puente viejo de San Rafael como a un jardín destrozado... Pero por más que lo miro, no soy capaz de identificar en él al gran río que veo en los documentales, en las noticias o en las películas y creo que se debe a lo cotidiano de su visión... Me he acostumbrado a ver su grandeza y no soy capaz de apreciarla. Espero haber aprendido.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, la verdad es que los documentales estan muy bien, aunque a mi solo me gustan de animales XDD!.
En fin, Cordoba como bien dices guarda secretos y grandes monumentos dignos de elogios...
Pero que quieres que te diga, que mi opinion es que Cordoba, no es una GRAN ciudad si se me entiende la expresion. Creo que me he acostumbrado tanto a su rutina, que ya no la veo hermosa... en fin, sigue reflexionando BESOS

Logan y Lory dijo...

Excelente texto. Nos has descrito un gran "documental" de tu ciudad, y nos has trasladado conociéndola un poco más.....
No te canses de seguir.

Abrazos

lalo barra dijo...

El rio Guadalquivir a su paso por Córdoba... Se te olvidó decir que fue navegable hasta las misma esquina de la Mezquita, y que a lo largo de su rivera hubo un comercio floreciente, digno de ser recordado...pero vinieron las presas, los diques...y poco a poco su cauce se hizo cenajoso y peligroso... !Como tiene que ser!...!Un rio ha de ser peligroso, cambiante, inesperado... gozoso y luctuoso...claro y turbio.
El Guadalquivir por Córdoba, entre el puente Miraflores y el puente de San Rafael se viste como bien dices de manglar cuando el agua sube y viene turbia, se disfraza de de álamos blancos, mimbres, sauces y rosales silvestres...y es el hogar de una abundante colonia de aves protegidas... y allí esta uno de los símbolos de la ciudad: una vieja noria con sus cajillones de ceramica...!como me gustaria verla dando vueltas, subiendo el agua del rio hasta los jardines del Alcazar!.Entre el punte de Miraflores y el del Arenal...el molino de Martos, y una jardin de juncos, adelfas, y vegetación que surje del agua como espadas moriscas que se niegan a darse por vencidas...y el cocodrilo, si, porque en el Guadalquivir hay cocodrilos...si, si, si...y así lo acredita no solo la leyenda, sino la tradicción y se puede ver disecado un ejemplar a la entrada del santuarios de la Fuensanta...

Todo esto seguro que dá uno para uno sino para varios capitulos de los documentales de "la 2"...y seguro que nada desmerecerían a los de los grandes rios.

adiosssssssssss.

lalo barra dijo...

Como ves yo sigo comentando los post que subes...y tambien lo de los demás...claro, cuando comentan los mios y se toman la molestia de mandar un correo...si no paso... es lo que hay.